Estaba claro: no nos podíamos quedar en las tarjetas pre-pago. ¿Y cuál era el siguiente paso? Pues tarjetas pre-pago con teléfono incorporado, o dicho de otra forma, los teléfonos tarjeta. Son prácticos, sencillos, desechables y, una vez agotados los 60 minutos de conversación que proporcionan, se tiran directamente al cubo de la basura. ¿Los inconvenientes? No se pueden recibir llamadas y la cobertura es bastante escasa. Es el mundo de la comunicación llevado hasta sus últimas consecuencias. Los móviles desechables han desembarcado en España y lo hacen de la mano de la compañía americana Hop-on. El salto a Europa de esta tecnología viene avalado por la experiencia en los Estados Unidos. De momento, han anunciado un acuerdo de exclusividad con una firma londinense (cuyo nombre no ha sido desvelado aún) para el suministro de un millón de terminales GSM anuales, con un valor de 25 millones de dólares por partida. Estos terminales serán distribuidos por el Reino Unido y España, según el contrato de exclusividad, durante tres años. La principal característica de este dispositivo en la sencillez. No dispone de teclado y la marcación es por voz. Las instrucciones de manejo son simples, presenta dos botones, uno para iniciar la llamada (talk) y otro para finalizarla (end), la forma de escucha la elige el usuario bien a través de un pequeño dispositivo de manos libres o mediante el uso de unos auriculares. La compañía ofrece asistencia las 24 horas del día y una vez agotados los 60 minutos de conversación que este atípico móvil proporciona no hay más que deshacerse de él para su reciclaje. Su precio oscilará en torno a los 30 dólares. Por otro lado, el hecho de que el usuario no esté sujeto a ningún tipo de contrato con operadora de telefonía alguna ha despertado las críticas de los más reticientes con este tipo de tecnologías. Un ejemplo, el mismísimo gobierno estadounidense que ya ha manifestado sus dudas ante la posible utilización de terminales desechables por parte de organizaciones terroristas amparándose en el anonimato que éstos confieren.
